En Castellón de la Plana, como en muchas ciudades españolas, el mercado del alquiler ha cambiado drásticamente. Lo que antes era una alternativa puntual a la compra, hoy es para muchos la única vía para tener un techo. Pero esa transformación ha venido acompañada de un profundo desequilibrio: una demanda altísima, una oferta cada vez más escasa, precios disparados y frustración en ambos extremos: el que alquila y el que quiere alquilar.